[Aceptada] Julius Arcantech [El Gnomo estrambotico]

- Nombre:Julius

- Raza: Gnomo
- Clase: Mago
- Alineamiento: Caotico Neutral
- Idiomas : Comun, Gnomico

- Historia
Se observa un gnomo de unos cuarenta años, cargando una serie de aparatos y demás cachivaches, mientras se sienta en una de las sillas de una taberna de Ironforge.

Al poco le pide al posadero, que le traiga una hogaza de pan, algo de embutido y un buen vaso de zumo de melón. Mientras le traen las viandas, el gnomo saca una pluma un tintero, y empieza a escribir en un cuidado libro forrado con cuero y remaches metálicos.

“La inverosímil historia de Julius Arcantech”

“Como narrar la historia de uno mismo… Esa pregunta se la han hecho muchos a lo largo de la historia…

Yo nací en la gloriosa tecnociudad de Gnomeregan, la vida en la misma era bastante cómoda, cada mañana mi madre desde su cama, apretaba el botón del sistema de despertado general de nuestra casa. Al apretar dicho botón, una serie de alarmas resonaban por la casa cosa que a mis hermanas y a mi ya no nos sobresaltaba. Al poco empezábamos a notar el aroma a gachas recién echas subiendo por las escaleras, en ese momento y como si de bestias se tratase, bajábamos entre empujones para ver quien llegaba antes a la mesa.

Tras un nutritivo desayuno mi padre se iba a los talleres a trabajar y mi madre empezaba a activar las maquinas para que estas limpiasen la casa.

Mientras tanto mis hermanas y yo, nos dirigíamos con nuestro profesor, un gnomo llamado Alek, que estudio magia en al ciudadela violeta de Dalaran y que volvió a Gnomeregan a enseñar las artes arcanas a todos aquellos que así lo deseasen.

Los años fueron pasando felices, mientras mis hermanas elegían sendas enfrentadas, para acentuar mas su rivalidad, yo por el contrario, me decante por el noble arte del arcanismo en estado puro. Tras las duras clases con Alek, siempre iba al taller de padre, a ayudar en lo poco que pudiese u a estorbar todo lo que pudiese depende de cómo se mirase.

El taller era un lugar enorme, en el cual siempre se escuchaba el ir y venir de los engranajes, los olores del azufre usado para crear compuestos volátiles, el resbaladizo suelo, de haber engrasado maquinaria horas atrás sin haber limpiado después, sin duda alguna el lugar era fascinante…

Fueron pasando los años con total normalidad, mis hermanas Marilys y Loira cada vez eran mas expertas en sus estudios, Alek se sentía orgulloso de verlas y mas de una vez las hacia practicar juntas. Era algo precioso ver como Marilys lanzaba descargas de escarcha y Loira las deshacía con un simple chasquear de dedos, produciendo nubes de vapor y pequeñas gotas de rocío. Acto seguido, Loira lanzaba una lengua de fuego hacia Marilys, la cual con solo alzar su bastón producía grandes cristalizaciones de hielo aprovechando el vapor del ambiente y así paraba las lenguas de fuego, a la vez que por al evaporación producida, se formaban preciosos arco iris. Yo me quedaba absorto viendo aquellos espectáculos tan hermosos. Cuando era el turno de los otros estudiantes, algo más inexpertos, yo me regodeaba a conjurar algún contrahechizo, resguardado tras las columnas de la sala y observaba el resultado de mi travesura… Aun me acuerdo de la gente que salio con el pelo quemado o con algún que otro miembro congelado por mis travesuras…, aunque siempre que las hacía Alek me encontraba y me daba una reprimenda…, me decía que porque se me diese bien el camino del Arcanismo, no debía usar esas artes para realizar mal a los otros o solo divertirme…, pero es que ver a aquellos gnomos corriendo por la sala con el pelo ardiendo no tenía precio.

Cuando llegue a los 30 años…, Alek y mis padres nos llamaron a mis hermanas y a mi. Tras una larga conversación nos dijeron que era el momento, que escogiésemos un apellido propio, que reflejaría la grandeza y gloria de nuestros actos. Acto seguido de decirnos esto Marilys, como impulsada por un rayo pronuncio el suyo “FrozenRay”, era evidente que Marilys tenia pensado dedicarse a la criomancía por completo, poco después Loira pronuncio el suyo, “FlameDefender”. Mis hermanas ya era evidente a que se querían dedicar…, yo por el contrario veía las caras de Alek y mi padre esperando mi respuesta…, como elegir, entre los dos gnomos que me habían enseñado a ser lo que era en aquel momento…
Pensando lo más rápido que pude y por un lapsus lingue, me salio entre tartamudeos un “ArcanTech”. Al decir este apellido los dos me miraron con cara de asombro y duda al no entender que quería reflejar con ese apellido. Al paso de eso mi madre hablo y explico ese apellido, ella siempre supo mis dos aficiones por tanto le fue mas fácil que nada adivinarlo…

Tras esto cenamos en casa todos juntos y celebramos que habíamos dejado de ser unos niños para convertirnos en Gnomos de provecho.

Después de aquel día mi vida se convirtió en un trajín entre el taller y las clases de Alek. Salía temprano y volvía tarde cuando mis hermanas ya estaban durmiendo, recuerdo aquellos diez años como si hubiesen sido días, siempre tan ocupado que nunca tenía tiempo de ver a nadie ni de tener tiempo para mi mismo, pero era feliz, estaba compaginando las dos cosas que mas me gustaban.

Un día mas frío de lo normal en la bella tundra de Dun Morogh, empezaron a sonar las alarmas por todo Gnomeregan, nos estaban atacando, unas extrañas criaturas. Las luchas para defender nuestros hogares eran cruentas. Aquellos seres no respetaban a nadie, solo traían muerte y destrucción consigo. Al ver esto, salimos de casa, mis hermanas mi madre y yo. Teníamos la esperanza de ir con Alek y de que mi padre hiciese lo mismo. A medida que íbamos avanzando por las calles de la ciudad me di cuenta que en esos 10 años, mis hermanas se habían vuelto bastante poderosas, las calles por las que circulábamos corriendo, eran heladas al acto, por mi hermana Marilys, eliminando así a los seres que atacaban, mientras por nuestra retaguardia, mi hermana Loira desataba un infierno en las calles calcinando a todos aquellos que nos perseguían.

Cuando llegamos donde Alek, vimos a mi padre montado sobre un tanque arácnido, luchando contra los seres que nos atacaban.

Al entrar en la sala Alek, estaba realizando un ritual que nunca antes había visto en cuestión de segundos, una especie de espejo como formado por energías arcanas, se materializo ante todos los presentes en la sala. Alek indico a los presentes, que fuesen entrando, mientras los demás gnomos entraban empezaron a sonar las sirenas, que nunca deberían de haber sonado…, por el tiempo en el taller, sabía que aquellas sirenas significaban la liberación de los residuos del núcleo…, la ciudad en breves instantes sería sellada para evitar la propagación de los gases, al poco de pensar esto, la puerta del lugar empezó a sellarse, como parte del protocolo de emergencia. Desde la puerta cerrándose vimos, como mi padre, acribillaba a tantos intrusos como podía…, mientras la esta se sellaba, vimos como los invasores se abalanzaron sobre el tanque arácnido de mi padre y al poco este estallaba. Tras el estallido recuerdo que la puerta del lugar salio por los aires y me empujo contra aquel “espejo” arcano.

Lo siguiente que recuerdo, fue despertarme en el “Valle Crestanevada…”, ¿me había salvado?, mis hermanas, mi madre…, Alek, ¿Seguirían allí dentro todos?

Tras estas preguntas me incorpore y decidí lo que haría..., construiría un tanque araña, que me permita pilotarlo y usar artes arcanas a la vez, para poder ir a rescatara mi familia a lo que queda de nuestra maltrecha ciudad….

Aquí empieza mi historia, la historia de Julius Arcantech, el primer inventor arcano de todo Azeroth.”

Al acabar de escribir estas palabras, el gnomo cierra el libro y empieza a ingerir las viandas que el camarero le ha traído.



- Descripcion
Es un gnomo de un metro de estatura, pesa entorno a los 20 kilos, de complexión normal, ni ancha ni delgada y de piel blanquecina. Tiene el pelo de color azul claro, de punta, con unas patillas que sobrepasan sus orejas y una perilla a juego. Tras la explosión que le empujo al portal arcano, la puerta que le golpeo le produjo una pequeña herida en la cabeza, siempre viste con túnicas, puesto que le son mas cómodas, a la de andar y moverse.
Es un gnomo de carácter acidó, con un humor algo cruel, es bastante impulsivo cuando se trata de su temperamento, es bastante buena gente. Aunque siempre le gusta gastar bromas pesadas a todos aquellos que estén a su alcance. Le encanta pasarse horas entre libros de ingeniería y magia. Es una amante del orden, algo poco común en un gnomo que desde su adolescencia le trajo problemas en el taller. Odia ensuciarse, es por eso que en sus bolsas siempre lleva un mono para cuando ha de trabajar con maquinas y 2 túnicas limpias por si ha de cambiarse.